
Hasta hace unos años, mi película favorita era
Ser o No Ser. Pero el año 2000, otro filme le arrebató el trono a la magnífica obra de
Lubitsch y se encaramó a lo más alto de mi
ranking particular. Se trata de la película, (perdón LA PELÍCULA)
O Brother, Where Art Thou?, de los hermanos
Coen, que me dejó fascinado en la butaca, y que ha hecho lo propio las
tropecientas veces que la he
revisionado.
O Brother se inspira en la
Odisea de Homero, y lo tiene todo: aventuras, amor, humor, drama, más humor, denuncia, elementos mitológicos, e incluso a veces es una
road movie. Uno se da cuenta de que la teoría que dice que
todos los grandes temas del cine son herederos de unos pocos de la literatura y el teatro clásicos, es una verdad como un templo (griego, claro). Pero es que esta obra maestra los aglutina todos.
Otra de las grandes maravillas de la película es su banda sonora, que la eleva al Olimpo de los Dioses. Y además, las escenas donde la música tradicional americana es protagonista la convierten, también, en un musical: los condenados a trabajos forzados cantan mientras construyen carreteras; las sirenas seducen a
Ulysses (
McGill) cantando
gospel, Robert Johnson, el padre del
blues, cuenta como aprendió a tocar la guitarra a cambio de vender su alma al diablo (
"apenas la usaba", dice con melancolía); los protagonistas graban el primer
superventas de la Historia... Si a todo le sumamos el toque único de los
Coen y la interpretación
acertadísima de
George Clooney,
John Turturro y
Tim Blake Nelson... ¿qué más se le puede pedir a una película?
Así que ahí está O
Brother, inamovible en el
Top 1 de mis
filmes de culto desde hace ya 7 años. Y allí se quedará por mucho tiempo, si Zeus quiere.