- A Brand New Sound, de AC/DC
- Unplugged, de The Prodigy
- Rock'n'Roll, de Mark Knopfler
- Best Ballads, de Kreator
- Second Chance, de Queen + Paul Rodgers
- The Final Tour, de Rolling Stones
- 40 Years Overrated, de Bruce Springsteen
- In It for The Money, de U2
- Back by Popular Demand, de Simple Minds
- ¡Viva Dylan!, de Luis Miguel
- Live at The Blue Note, de Georgie Dann
- Greatest Hits, de Oasis (EP)
lunes, 28 de diciembre de 2015
Carta a los Reyes Magos
Como faltan pocos días para que lleguen los Reyes Majos, dejo aquí
anotados algunos discos que acaban de publicarse y que me gustaría que me regalaran, por si andan escasos de ideas. O por si alguien quiere marcarse un detalle,
que siempre es de agradecer.
Sí, hoy es 28 de diciembre...
viernes, 25 de diciembre de 2015
Palabrología
Durante las últimas semanas he estado leyendo Palabrología (Ed. Planeta, 2014), un libro (del latín liber,
que era la 'corteza' de un árbol, material que se usaba para escribir
antes de inventarse el papel) la mar de interesante. Interesante si eres
un frikazo como yo, claro, con cierta querencia por las etimologías (del griego étymos, 'verdadero', 'auténtico', y logos, 'palabra'. Es decir, la 'verdadera palabra', 'la palabra auténtica'). De una manera amena y didáctica, el autor, Virgilio Ortega, desgrana los orígenes de cientos de palabras, algunos de los cuales son ciertamente curiosos (en latín, cura es 'cuidado', 'inquietud', 'preocupación', por lo que curiositas es 'deseo de saber', 'inquietud por aprender').
El suso dicho autor (del latín sursum, 'arriba', y 'dicho', o sea, el 'arriba dicho') recomienda en el prólogo no leerlo seguido, "ya que sería demasiado duro" (sic). Pero la verdad, yo lo he leído de cabo a rabo, y aunque es verdad que no es un libro del que te tragues 50 páginas del tirón, he de decir que es fácilmente legible (del latín legere, leer, inicialmente 'recoger, 'escoger' unos conocimientos), además de muy recomendable. Y como éste es, en teoría, un blog de temática musical, un par de etimologías más para terminar: música es el 'arte de las musas', y melodía viene de meli, 'miel', y odé, 'parte cantada', así que es una 'parte cantada dulce como la miel'.
El suso dicho autor (del latín sursum, 'arriba', y 'dicho', o sea, el 'arriba dicho') recomienda en el prólogo no leerlo seguido, "ya que sería demasiado duro" (sic). Pero la verdad, yo lo he leído de cabo a rabo, y aunque es verdad que no es un libro del que te tragues 50 páginas del tirón, he de decir que es fácilmente legible (del latín legere, leer, inicialmente 'recoger, 'escoger' unos conocimientos), además de muy recomendable. Y como éste es, en teoría, un blog de temática musical, un par de etimologías más para terminar: música es el 'arte de las musas', y melodía viene de meli, 'miel', y odé, 'parte cantada', así que es una 'parte cantada dulce como la miel'.
domingo, 8 de noviembre de 2015
Capturas pasajeras (4)
Sigo con una preocupante falta de tiempo, así que, para no dejar el blog yermo, aquí va otra colección de capturas pasajeras. Hoy, especial fotos tomadas a lo largo del Camino de Santiago.
Bajos fondos. Algún lugar cerca de Burgos, agosto de 2008.
PD: Click sobre las imágenes para ampliarlas.
Abstenerse cotillas. Uterga (Navarra), agosto de 2008.
Publicidad. San Martín del Camino (León), diciembre de 2011.
La cebolla y el ajo. Villares de Órbigo (León), diciembre de 2011.
PD: Click sobre las imágenes para ampliarlas.
miércoles, 21 de octubre de 2015
Blues is alive and well
Vuelvo al modern electric blues
(aunque en realidad nunca lo había abandonado del todo), y me llena de
satisfacción descubrir que el género sigue Still
Alive and Well, parafraseando al gran Johnny Winter. Tres
han sido los principales artífices de los grandiosos momentos que me está dejando este
come back.
Ya hablé de Oli Brown a
propósito de su ópera prima (Open Road, 2008). Desde
entonces este jovenzuelo ha publicado dos nuevos discos: Heads I
Win Tails You Lose (2010) y Here I Am (2014) que son sendas maravillas, sobretodo el último. Además, el británico capitanea una
explosiva banda de power-blues llamada RavenEye que
tengo poco oída, pero que por lo poco que he escuchado
me recuerda a sus compatriotas The Brew.
También de las Islas Británicas nos
llega Laurence Jones: otro mocoso que, con solo 23 años, está
haciendo un blues-rock de alto octanaje. Una delicia sus
discos que he escuchado hasta la fecha, Temptation (2014) y su
reciente What's It Gonna Be (2015), que tiene temazos como este Touch
Your Moonlight.
Y por último, el descubrimiento del
año para el que suscribe: Ty Curtis, un guitarrista de Oregon
con un estilo a caballo entre el blues melódico de Eric
Clapton y el enérgico de Stevie Ray Vaughan. Cinco
álbumes componen su discografía, tres con la Ty Curtis Band:
Stubborn Mind (2006),
Down on My Luck (2008) y Cross That Line (2010); y dos
en solitario: Ty Curtis (2012) y Water under The Bridge
(2014). Los he escuchado hasta la saciedad durante los últimos meses, y me hace
preguntarme porqué demonios nunca antes había oído hablar de este tío,
ya que todos y cada uno de ellos son geniales.
Así que mi regreso al blues
eléctrico no podía haber sido mejor, y por lo que parece, tenemos
cantera para rato. Que no pare.
miércoles, 30 de septiembre de 2015
Capturas pasajeras (3)
Ando estos días escaso de tiempo para escribir, así que vamos con otra retahíla de capturas pasajeras...
El machismo mata. Valparaíso (Chile), noviembre de 2010
No tirar escombrios. Tarragona, abril de 2012
Cerveza MUY fría. Budapest (Hungría), junio de 2015
PD: Click sobre las imágenes para ampliarlas.
El machismo mata. Valparaíso (Chile), noviembre de 2010
No tirar escombrios. Tarragona, abril de 2012
Cerveza MUY fría. Budapest (Hungría), junio de 2015
PD: Click sobre las imágenes para ampliarlas.
lunes, 14 de septiembre de 2015
Capturas pasajeras (2)
Segunda entrega de la sección Capturas pasajeras, con fotos tomadas por esos mundos de Dios...
Hora de comer. Lima (Perú), agosto de 2004
No molestar. Iruya (Argentina), noviembre de 2010
Tomates con sabor a tomate. Elorrio (Vizcaya), agosto de 2014
No molestar. Iruya (Argentina), noviembre de 2010
Tomates con sabor a tomate. Elorrio (Vizcaya), agosto de 2014
domingo, 6 de septiembre de 2015
Septiembre es traidor
Han pasado casi dos meses, y todavía me duele la muerte de Javier Krahe. Decía Sabina en una entrevista de hace un par de años que Krahe
era un lujo que España no merecía, y mucho me temo que estaba en lo cierto.
Creo que no se le ha hecho, ni se le hará, suficiente justicia, a tenor de la
escasa repercusión mediática y de las de momento inexistentes reediciones de
sus discos, libros o compilaciones de sus letras, quizás por la fecha de su
fallecimiento, más cercana a las vacaciones de agosto que a un habitual periodo
de publicación de novedades editoriales y discográficas.
Así que, como el que intenta curarse la resaca bebiéndose un cubata de
whisky, o el que para superar la pérdida de una exnovia se acuesta con ella,
llevo todo el verano repasando algunos de sus discos. Y uno de los temas que
más he escuchado es este Navalagamella, con una letra ocurrente y muy acertada
para las fechas en las que estamos: una canción sobre amores estivales,
cuernos, despechos, y el traidor septiembre poniendo fin a la aventura. Una gozada lírica que da muestra, por si cabía alguna duda, de la maestría de Krahe en el dominio del lenguaje y de los dobles sentidos.
Navalagamella
Cuando fui infiel,
lo fui noblemente, de hotel en hotel;
cuando lo fue ella
lo fue por sorpresa en Navalagamella.
Jesús, qué trajín
Un tío en la sierra le hacía tilín,
un cuerpo serrano,
un novio perpetuo durante el verano.
Amor veraniego con casa y jardín.
tomillo y espliego,
romero y jazmín...
aromas sin fin.
Cuando fui infiel
lo fui por la miel de las lunas de miel
cuando lo fue ella
bebían sangría y comían paella.
Sin un buen arroz,
no entraba en materia su lobo feroz,
antes de ir al grano
al grano ir quería su cuerpo serrano.
Y aquí una gambita,
y aquí un mejillón,
la vida es bonita
y es dulce el melón,
pásame el porrón.
Cuando fui infiel
lo fui por pasar de una piel a otra piel
cuando lo fue ella
lo fue, qué egoísmo, por verse aún más bella.
Y, claro, es mejor
lucir el palmito cuando hace calor,
mostrarle al verano
su cuerpo desnudo y más que serrano.
Así, hasta que un día
se fue la calor,
su cuerpo se enfría,
se enfría su amor,
Septiembre es traidor.
Cuando fui infiel
fui fiel a mí mismo, fiel a mi papel,
cuando lo fue ella
en mi alma, tan dura quería hacer mella.
Y a mí me da igual
que use mis pañuelos, que hoy esté fatal
un cuerpo serrano
muy desmejorado, de tanto ir al grano.
Su amor veraniego
añora el festín,
tomillo y espliego,
romero y jazmín...
pues mira, a mí, plin.
jueves, 27 de agosto de 2015
Canciones de amor a quemarropa
Durante un parón en su gira
internacional, un cantante de rock
de éxito vuelve a pasar unos días en su lugar de origen, una pequeña
población del estado de Wisconsin. Con este sencillo planteamiento
se inicia Canciones de amor a quemarropa, y de hecho nos
encontramos con una novela sencilla, cotidiana, sin grandes
conflictos ni dramas. La verdad, por el título esperaba que la
música tendría más peso en el argumento.
Pero no: si el autor hubiera elegido un reputado pintor o un escritor
famoso como protagonista, el resultado hubiera sido más o menos el
mismo. Hay alguna referencia a Bob Dylan o a Neil Young, pero muy de
soslayo, y la vida que interesa del cantante es la alejada de los
escenarios, la que vive cuando es una persona “normal”.
Aun así, la historia está bastante
bien, es una interesante reflexión sobre el hogar y la amistad. Aunque la gran baza del novelista es su capacidad para evocar los
encantos de la América rural: los pueblos donde todo el mundo se
conoce, los bares desvencijados con una jukebox donde pinchar
American Pie, los campos de trigo extendiéndose por las
llanuras, los silos de grano recortando el horizonte, las puestas de
sol que duelen a los ojos... En eso, Nickolas Butler se descubre
como un maestro: tanto que te hace rememorar y añorar esos lugares
aunque, como es mi caso, nunca hayas estado allí.
Recomendable.
viernes, 14 de agosto de 2015
Capturas pasajeras (1)
Ahora que las circunstancias me obligan
a viajar menos de lo que querría, mentiría como un bellaco si
dijera que no echo de menos pasar los agostos por esos mundos de
Dios: la escasa edad de las peques nos hará esperar unos años para
volver a lanzarnos a la aventura como antaño, con la mochila a la
espalda y cámara en ristre. Así que, para quitarme la morriña
(aunque el resultado suele ser precisamente el contrario) de vez en
cuando me da por visionar viejas fotos, entre las cuales hay algunas la mar de curiosas.
Éste es un blog sobre música,
y lo seguirá siendo, pero me apetecía un montón compartirlas, así
que abro una sección off topic con las imágenes más WTF!
que he tomado por ahí. Hace unos años colaboré en un blog
llamado Proyecto Captura cuyo objetivo era el mismo, un
lugar donde colgar fotografías más o menos sorprendentes, así que
esta nueva sección es hija de aquel blog, y de hecho hereda
parte del nombre. Además, la foto que la inaugura ya la publiqué
allí, si no recuerdo mal.
Pido disculpas a los que no les
interese en absoluto este experimento, pero intentaré moderarme con
el número de entradas dedicadas a él, y prometo seguir escribiendo
posts sobre música. Posts que, por otro lado, me temo
que tampoco son excesivamente interesantes para nadie, todo sea
dicho...
Cuatro mejor que dos. Luang Prabang (Laos), agosto de 2007.
lunes, 27 de julio de 2015
Mi canción del verano 2015
¿Shakira? ¿Alejandro Sanz? ¿King Africa? ¿Georgie Dann? ¿El Koala? ¿Zapato Veloz? ¿Puturrú de Fuá? ¿De quién será mi summer song de este año? Si antes estaba desconectado de la radiofórmula y lo poco que sabía de los hits estivales era lo que oía por los bares, ahora que soy un padre "respetable" (toma eufemismo) que frecuenta "poco" (eufemismo number 2) los ambientes nocturnos, hay tantas posibilidades de que mi canción del verano coincida con la "oficial" como de que Pablo Albarán saque un disco de Nu-Metal.
Ya conté hace unas semanas que, para el que suscribe, el mejor álbum de este 2015 estaba siendo el Wonder Days de Thunder. He escuchado algunas novedades discográficas más de las publicadas este año, pero ninguna le llega a la altura del betún al discazo de los británicos. Así que la canción que me pongo cuando salgo del trabajo, cuando quiero una apuesta segura que me suba la moral, cuando encaro hacia la playa o la piscina, tenía que salir de este magno trabajo. Y la elegida es el sexto corte, un temazo llamado Resurrection Day que suena así de potente:
Ya conté hace unas semanas que, para el que suscribe, el mejor álbum de este 2015 estaba siendo el Wonder Days de Thunder. He escuchado algunas novedades discográficas más de las publicadas este año, pero ninguna le llega a la altura del betún al discazo de los británicos. Así que la canción que me pongo cuando salgo del trabajo, cuando quiero una apuesta segura que me suba la moral, cuando encaro hacia la playa o la piscina, tenía que salir de este magno trabajo. Y la elegida es el sexto corte, un temazo llamado Resurrection Day que suena así de potente:
Otras canciones de otros veranos:
- 2014: I Wan'na Be Like You, de Louis Prima
- 2013: Seesaw, de Beth Hart y Joe Bonamassa
- 2012: Holy Touch, de Foxy Shazam
- 2011: Working on A Tan, de Brad Paisley
- 2010: Candy, de Paolo Nutini
- 2009: Bossa n'Ramones
- 2008: I'm Yours, de Jason Mraz
- 2007: El Culebrón, de Radio Malanga
domingo, 12 de julio de 2015
Un adiós a Krahe
La pasada noche fallecía, a los 71
años de edad, el grandísimo Javier Krahe. No voy a hacer
aquí un repaso a su trayectoria, con la obligada referencia al
disco La mandrágora, de eso ya se encargarán los
periódicos de mañana. Pero sí me gustaría realzar la importancia
de su lírica magistral, que ha influido a tantos y tantos
cantautores de este país. Su dominio del lenguaje era tal que solo
Sabina, alumno aventajado, estaba a su altura, y la mordacidad de sus
letras era única. A esas canciones ácidas, insolentes, coñonas, a
la vez que estilísticamente insuperables le acompañaba el
personaje: su flema era su rasgo más característico, y las dos
veces que tuve la suerte de disfrutarlo en directo dio muestras de
ella, con una desternillante sobriedad que me recordó al genial
Eugenio.
En los últimos años se le adivinaba
frágil, y de hecho en esas dos ocasiones tuvo que interrumpir alguna
de las interpretaciones por un ataque de tos. Pero, cínico hasta la
médula, Krahe no podía evitar reírse hasta de sí mismo y por ende
de su precaria salud, y en 2010 publicó un álbum con el sublime título de Toser y cantar.
He estado pensando cuál de sus
canciones era mi favorita, para que acompañara este pequeño
homenaje: Villatripas, Un burdo rumor, La tormenta,
Marieta, Ciencias ocultas, Los caminos del Señor,
Ron de caña, Nos ocupamos del mar, En la costa
suiza, Navalagamella... Me ha sido imposible decidirme .
Así que he elegido la que, dada su escasa querencía por la fama y
el reconocimiento público, creo que le sirve mejor como epitafio.
D.E.P.
Y todo es vanidad
Gracias a mi conducta vagamente antisocial
temo no verme nunca encaramado a un pedestal:
no alegrará mi efigie el censo de monumentos,
no vendrán las palomas a rociarme de excrementos.
Y es una pena, la verdad,
porque sería muy bonito
seguir de adorno en mi ciudad
sobre un bloque de granito.
Pues qué penita y qué dolor,
no tendré estatua, no señor.
Gracias a mi postura más bien anticlerical
no será un siglo de éstos cuando entre al santoral:
no acudirán beatas a pedirme un milagrillo,
no vendrán los ladrones a vaciarme mi cepillo.
Y es una pena, la verdad,
porque tenía cierta gana
de echarle un ojo a la deidad
mientras me doran la peana.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré culto no señor.
Gracias a que mi musa se las da de cerebral
son pobres mis compases para expresión corporal:
no danzarán mis prosas las reinas de discoteca,
no vendrán los carrozas a hacer su gimnasia sueca.
Y es una pena, la verdad,
porque sería algo inefable
cambiar la torpe realidad
y ser o Borges o bailable.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré el Nobel, no señor.
Gracias a mi tozuda decisión existencial
no cabe entre mis planes dar ningún salto mortal:
no gozará las honras funerales mi alma en pena,
no vendrán los gusanos a tirar de la cadena.
Y es una pena, la verdad,
porque sería algo divino
ver cómo todo es vanidad,
y yo en decúbito supino.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré esquela, no señor.
jueves, 25 de junio de 2015
Volviendo a las andadas
Si hace unos tres años me congratulaba porque los Blues Traveler
habían publicado un trabajo digno tras unos LPs de lo más
decepcionantes, hoy me apena decir que aquello fue sólo un espejismo. Y
es que los neoyorquinos han vuelto a pifiarla en su último álbum, Blow Up The Moon
(2015). A diferencia de algunos de sus discos de la década del 2000, que eran
bastante experimentales y sosos, hay que decir que los Blues se han ido
al otro extremo: la comercialidad. Resulta que ahora van de rollo reggae, funk, rap y
mucho "na-na-nah" pastelero. En cada tema van acompañados de grupos y
artistas invitados, algunos conocidos como Hanson y otros que no le
suenan ni a sus respectivos padres, como unos que se llaman 3OH!3 (¿cómo
diantre se debe pronunciar eso?). El resultado es una colección de
canciones facilonas y predecibles, que quedarían de fábula en el típico
anuncio estival de cervezas, pero que no soportan más de tres escuchas.
En fin, seguiremos disfrutando de sus primeros discos, aquellas joyitas como su homónimo Blues Traveler (1990) o el superventas Four (1994). Pero queda clarito clarinete que los BT de ahora no son ni la sombra de lo que fueron.sábado, 13 de junio de 2015
¿El disco del año?
Whitesnake, The Darkness, The Poodles, Nubian Rose, Halestorm,
Santa Cruz, Hinder... Varios de mis grupos favoritos están publicando nuevo trabajo este 2015. A algunos ya les he echado una oreja, y a otros todavía
no he tenido ocasión. Pero, y aun a riesgo de equivocarme ya que
todavía no estamos ni en verano, me parece que ya sé cuál va a ser para
mí el disco del año: el inesperado come back de los británicos Thunder, con su Wonder Days (2015). Una maravilla de álbum que cuanto más escucho más me gusta, y eso que ya lo he escuchado un porrón de veces..
viernes, 22 de mayo de 2015
Santa Cruz: ¿héroes o villanos?
Grandes expectativas había generado el anuncio del nuevo álbum de los finlandeses Santa Cruz, después de aquel celebradísimo Screaming for Adrenaline
(2013). El amigo Sammy lo etiquetó como "el mejor disco de hard/sleazy
de los últimos 15 años",
y yo mismo escribí que "si lo
hubiera firmado Mötley Crüe en lugar de los debutantes Santa Cruz, todos
estaríamos hablando del resurgir de la banda californiana".
A pesar de todo, he de decir que el Santa Cruz (2015) no me parece malo, y de hecho muchas cosas buenas se pueden decir de sus canciones: son enérgicas, descaradas, insolentes, atrevidas, y la notable destreza técnica de estos mocosos aporta algunos momentos brillantes. Pero, tras varias escuchas, el resultado global me sigue pareciendo desconcertante, y me deja una sensación entre "esto me suena" y "¿pero esto qué es?".
viernes, 15 de mayo de 2015
El Rey ha muerto
Robert Johnson, J.J. Cale, Paco de Lucía, los otros dos Kings (Freddie
y Albert)... Todos dan la bienvenida al Olimpo de los dioses de la
guitarra al verdadero rey, el gran B.B. King, que hoy ha dejado un poco
más huérfano al blues. No por esperada (tenía casi 90 años y
hacía tiempo que se le veía bastante maltrecho) la noticia ha sido menos
dolorosa. El cariño, el respeto y la admiración que se ganó a pulso
Riley B. King está al alcance de muy pocos, quizás de él solo. B.B. era
un prodigio de la técnica, pero en sus seis cuerdas había mucho más: un feeling inigualable,
un sentido del humor irresistible, un llanto sobrecogedor, un sello
inconfundible con sólo dos punteos, una manera de hacer cantar a la
guitarra como si tuviera voz humana... Además, su altruismo y
generosidad le hicieron trabajar con casi todo el que se lo pidió: desde
Eric Clapton en aquel memorable Riding with the King (2000) hasta Raimundo Amador, pasando por U2, Kenny Wayne Shepherd, Diane Schuur, Brad Paisley, Gary Moore...
domingo, 3 de mayo de 2015
miércoles, 29 de abril de 2015
Rafa Pons en la Sala Zero
Sala Zero (Tarragona), 24 de abril de 2015. Tres felices acontecimientos han tenido lugar en los últimos meses en torno a la figura de Rafa Pons, uno de mis músicos favoritos del panorama nacional actual. El primero, la publicación de su primer libro, A cuento de nada (2014), que leí en un pispás las pasadas navidades. El segundo, el lanzamiento de su cuarto álbum en estudio, Disimula (2015): un disco brillante, que ha alumbrado algunos de los mejores temas de su carrera, y que ya desgranaron fantásticamente los amigos de Necesito un rock'n'roll en este post.
Y por último, su regreso a Tarragona tras varios años sin tocar por estos lares: una cita a la que, por supuesto, no podía ni quería faltar. En el concierto, poco concurrido como ya es habitual, el cantautor barcelonés interpretó casi todos los cortes de Disimula, además de repasar algunas de sus canciones más emblemáticas (Julia Roberts, La mosso...) . No parece fácil caldear el ambiente cuando no hay más de 30 personas en el local (mientras los bares donde pinchan Shakira están a rebosar), pero mi tocayo no se amilanó, y salió un bolo estupendo, con buena música, cachondeo, improvisaciones, confesiones, y la siempre agradecida colaboración de Santi Noriega a la guitarra en alguna de las piezas. Así que los cuatro gatos que nos dimos cita en la Sala Zero lo pasamos en grande. Y a veces me da por pensar: ¿qué pasaría si Rafa Pons fuera un cantante de masas, como lo son Sabina o Fito? Pues que los pabellones, o los estadios, o donde fuera que tocara, estarían mucho más concurridos, y quizás llevaría una banda de lujo, y una escenografía espectacular. Pero seguro que también serían más predecibles, más impersonales, y no se establecería la complicidad que se crea ahora entre Pons y el respetable. Él ganaría mucha más pasta, claro. Pero para los feligreses que le seguimos desde su primer disco, conciertos como el del pasado viernes no tienen precio.
Y por último, su regreso a Tarragona tras varios años sin tocar por estos lares: una cita a la que, por supuesto, no podía ni quería faltar. En el concierto, poco concurrido como ya es habitual, el cantautor barcelonés interpretó casi todos los cortes de Disimula, además de repasar algunas de sus canciones más emblemáticas (Julia Roberts, La mosso...) . No parece fácil caldear el ambiente cuando no hay más de 30 personas en el local (mientras los bares donde pinchan Shakira están a rebosar), pero mi tocayo no se amilanó, y salió un bolo estupendo, con buena música, cachondeo, improvisaciones, confesiones, y la siempre agradecida colaboración de Santi Noriega a la guitarra en alguna de las piezas. Así que los cuatro gatos que nos dimos cita en la Sala Zero lo pasamos en grande. Y a veces me da por pensar: ¿qué pasaría si Rafa Pons fuera un cantante de masas, como lo son Sabina o Fito? Pues que los pabellones, o los estadios, o donde fuera que tocara, estarían mucho más concurridos, y quizás llevaría una banda de lujo, y una escenografía espectacular. Pero seguro que también serían más predecibles, más impersonales, y no se establecería la complicidad que se crea ahora entre Pons y el respetable. Él ganaría mucha más pasta, claro. Pero para los feligreses que le seguimos desde su primer disco, conciertos como el del pasado viernes no tienen precio.
martes, 21 de abril de 2015
Whiplash
De Whiplash (2014) oí decir: "si buscas una historia que te
reconcilie con el mundo, ésta no es tu película". Efectivamente,
estamos ante un filme angustioso, taquicárdico, que te deja el cuerpo con una morbosa desazón. Un profesor de música muy exigente
(merecidísimo óscar para J. K. Simmons) aprieta lo indecible a un alumno
suyo, con el objetivo de convertirlo en el Charlie Parker de la
batería. Así que esto no va de melomanía, sinó de obsesiones enfermizas.
Por suerte o por desgracia (probablemente por desgracia),
mis intereses culturales siempre han sido muy "horizontales": sé un poco
de literatura, un poco de música, un poco de cine, me defiendo
dibujando, he viajado algo, escribo sin demasiadas faltas de
ortografía... Pero nunca una pasión me ha arrastrado tanto como para
dedicarme en cuerpo y alma, ni para intentar ganarme la vida con ella.
Reconozco que me hubiera gustado dominar alguna actividad artística lo
suficiente para destacar, o como mínimo para comer de ella. Pero, o
nunca he estado lo suficiente dotado para ningún arte en concreto, o no
he perseverado lo suficiente. Y, a modo de excusa, pienso que
focalizarme solamente en una afición me hubiera hecho perderme otras
(por ejemplo, empecé a tocar la guitarra, pero el hecho de que tuviera
que renunciar a escuchar música mientras dedicaba horas a ensayar pronto
me hizo abandonar la práctica del instrumento). Eso sí, lo que veo
completamente fuera de mi alcance es obsesionarme tanto por una disciplina como el protagonista de Whiplash.
miércoles, 8 de abril de 2015
Reencontrándome con Fito
La noticia de que Fito & Fitipaldis
publicaba nuevo disco el pasado 2014 no me suscitó demasiado
interés. Sus anteriores trabajos, tanto en estudio como en directo,
me habían dejado bastante indiferente, y al primer golpe de oreja el single anticipo y
su correspondiente videoclip me parecieron bastante insulsos.
Y sin embargo, ¡Oh sorpresa!: aunque
el bilbaíno repite la fórmula de sus últimas entregas con una
precisión casi enfermiza, he de reconocer que desde que lo cargué
en mi iPod que lo estoy disfrutando, y mucho. Este Huyendo
conmigo de mí (2014) suena más a Dire Straits que a un spin
off de Platero y Tú, si es que alguna vez la actual banda de
Fito Cabrales sonó a su anterior grupo: música sin aristas,
impecablemente ejecutada, amable aunque no estrictamente comercial (a
no ser que el blues, del cual bebe mucho este trabajo, suene
en las galas de OT y yo no me haya enterado), y letras introspectivas
pero asequibles (incluyendo una ración de crítica social en el tema
Nada de nada). Por supuesto, la obligada instrumental (Umore
ona), y una versión de un grande de la música hispana, como
vienen haciendo los Fitipaldis desde su primer álbum. En este caso,
el homenajeado es Javier Krahe, con una particular relectura de
su clásico Nos ocupamos del mar, que casualmente también ha
versionado Dani Flaco en su último LP, Versos y madera
(2014).
Nada nuevo bajo el sol, pues. Pero,
quizás por ser un oasis en el yermo desierto del panorama del rock
estatal, se ha convertido en uno de mis discos favoritos de los
publicados el pasado año en la lengua de Cervantes. Por cierto,
otro de ellos es el mentado Versos y madera, al cual tengo
pendiente dedicarle un post.
miércoles, 25 de marzo de 2015
Mi lista de podcasts
Delicatessen, de iCat.cat: En realidad estoy suscrito a este podcast porqué
lo escucha mi mujer, que es una gran fan del programa. Aunque de vez en
cuando se descuelgan con algo interesante (el otro día sonaron Dr. Feelgood y Los Deltonos), en general se trata de música muuuuuy tranquila, que yo defino como Música para insomnes desesperados. Grupos que se llamaran The Sheep Sleepers o Morfeo y los Dormidinas estarían en su salsa en este espacio. Yo lo evito siempre que puedo, por temor a la narcolepsia espontánea.
miércoles, 11 de marzo de 2015
Discos que no te salvarán la vida VII
Domingo pasado fue el Día Internacional de la Mujer, y para celebrarlo, aquí va una edición femenina de Discos que no te salvarán la vida (pero que te pueden alegrar el día), con los últimos trabajos de 3 "currantas" del mundo de la música.
The Way I'm Livin' (2014), de Lee Ann Womack. Una de mis cowgirls preferidas sacó un fantástico nuevo álbum el pasado 2014. 6 años ha necesitado la tejana para publicar nuevo disco desde aquel Call Me Crazy (2008) que ya comenté aquí, pero la espera ha valido la pena. Country de
calidad, menos melancólico que su anterior trabajo, y con mucho sabor a
carreteras polvorientas, a moteles desvencijados, a bares anacrónicos a
orillas de la Ruta 66... Y es que Lee Ann Womack es de aquellas
cantantes por las que daría un brazo a cambio de poder escucharlas
sentado en la barra de algún local a las afueras de Nashville, con una
Budweiser en la mano y una indeleble sonrisa en mi cara.
Wallflower (2015),
de Diana Krall. Otra veterana del mundillo que ha dado en el blanco, y
de pleno, con su nuevo trabajo. Y es que al parecer este Wallflower está vendiendo lo que no está escrito en USA y Canadá. ¿El secreto? Tirar de clásicos del pop y
llevarlos al particular terreno de la canadiense, o sea, a esa voz
lánguida y susurrante que desarma al más pintado. Y así, Diana hace
suyos oldies tan trillados como el California Dreamin' (de The Mamas & The Papas), el Desperado y el I Can't Tell You Why (ambos de Eagles), o el Don't Dream It's Over
(de Crowded House). También hay lugar para temas menos previsibles,
como el que da título al álbum (original de Bob Dylan) o un inédito de
Paul McCartney llamado If I Take You Home Tonight. Así que Wallflower es
un trabajo variopinto, que se sale de lo facilón cuando lo tentador
hubiera sido limitarse a la apuesta segura de los clásicos, y que
gustará a tu hija de 3 años y a tu abuela de 90. Como dice el título de
esta sección, no te salvará la vida, pero su escucha es más que
placentera.
24 Karat Gold: Songs from the Vault (2014), de Stevie Nicks. Como se adivina por el subtítulo del álbum, este 24 Karat Gold
son temas de Stevie Nicks que habían permanecido inéditos, y que ahora
ha regrabado con el otrora miembro de Eurythmics y ahora productor Dave
Stewart. ¡Y menuda colección! 14 canciones (16 en la versión de luxe)
que te hacen preguntarte: "¿Pero cómo puede ser que estas joyitas no se
hayan publicado antes?". La voz más aterciopelada de Fleetwood Mac está
inmensa en este trabajo, que para mí es el mejor de su carrera en
solitario. Piezas que hubieran encajado perfectamente en el Mirage, en el Tusk e incluso en el Rumours, además de alguna que otra sorpresa, como la canción Cathouse Blues, donde Nicks cultiva un estilo nada habitual en ella. Oro de 24 quilates, pues, en esta sorpresa de disco.
miércoles, 4 de marzo de 2015
Rhythm'n'Sex
Hace meses que quería colgar este vídeo que me envió David. Pero entre aniversarios, nacimientos, gadgets nuevos, y la sempiterna falta de tiempo, no había habido forma de encontrar el momento, hasta ahora.
Se trata de una actuación de Layla Zoe, una canadiense heredera de Janis Joplin por su voz y estilo, y con un fantástico disco de debut, The Lily (2013) que estoy disfrutando enormemente. Le acompañan el guitarrista y el batería de su banda, además de la bajista Daniela Kruger (de la Daniela Kruger Band) y Jason Barwick, el virtuoso guitarra solista de The Brew.
El vídeo corresponde a una actuación de 2014 en Luxemburgo, y no tiene desperdicio. Miss Zoe da una demostración de sensualidad y lascivia. Y como los dos guitarristas le siguen el juego, la cosa se pone al rojo vivo. Ojito al minuto 6.25, y al trío que se marcan en pleno escenario. ¡Dinamita pura!
jueves, 26 de febrero de 2015
El sabor ochentero de Love Cream
Un nuevo e interesante trabajo de la oleada de rock revival que,
afortunadamente, nos invade. Aunque esta vez la banda no viene de los
paises escandinavos, como está siendo habitual, sinó de bastante más al
sur. Love Cream llegan de Adelaide, Australia, y su debut se llama First Taste (2013).
Todo
en este álbum sabe a 80: el nombre del grupo, metáfora sexual al estilo
del de Whitesnake; la portada, con esas gafas tan ochenteras; los
títulos de las canciones (Hot in the Dark, Love Train, Smokin' Bitch...). Y por supuesto, la música, 100% influenciada por la más festiva del hair-metal
de hace tres décadas: Poison, Pretty Boy Floyd, David Lee Roth... Una ópera prima entretenida y repleta de humor guarrete, muy en la onda de
Steel Panther, que no descubre nada, pero que asegura unas escuchas de
diversión a los nostálgicos. Una nueva banda a seguir, que la semana
pasada presentaba su primer videoclip, bastante patillero, pero correspondiente a uno de los mejores temas del disco: Spend the Night Together.jueves, 19 de febrero de 2015
El sustituto
Pues ya tengo sustituto para mi agonizante iPod Touch 3: esta preciosidad de la foto adjunta (¡me refiero al reproductor de MP3, no a la moza!). Efectivamente, otro iPod Touch, en
este caso de 5ª generación. La criaturita ha llegado al mundo con 88
gramos de peso, 12 cms de altura, y 16 Gb. de memoria, a las cuáles me
he apresurado a embutirle algo de música.
Hete aquí la ecléctica lista de los primeros discos que han sonado o sonarán en el nuevo gadget, por si a alguien le pica la curiosidad y no sabe dónde rascarse...
Hete aquí la ecléctica lista de los primeros discos que han sonado o sonarán en el nuevo gadget, por si a alguien le pica la curiosidad y no sabe dónde rascarse...
- Adrenaline Rush (2014), de Adrenaline Rush
- Back in Black (2001), de AC/DC
- Can You Stand The Heat (2013), de Ana Popovic
- Caustic Love (2014), de Paolo Nutini
- Clash Of The Elements (2009), de The Poodles
- Cool Kids (1983), de Kix
- Disimula (2015), de Rafa Pons
- Érase... (2014), de La Vela Puerca
- First Taste (2013), de Love Cream
- Get Close (1986), de The Pretenders
- Good To Be Bad (2008), de Whitesnake
- Great Western Valkyrie (2014), de Rival Sons
- Here I Am (2012), de Oli Brown
- Huyendo conmigo de mí (2014), de Fito y Fitipaldis
- Look To Your Own Heart (2014), de Lisa Ekdahl
- Los Zigarros (2013), de Los Zigarros
- OST Begin Again (2014), de varios artistas
- Platinum (2014), de Miranda Lambert
- Shine For All The People (2014), de Mike Farris
- Some Lessons (2005), de Melody Gardot
- Tearing Down The Walls (2014), de H.E.A.T
- The Complete Billie Holiday On Verve 1945-1959 (1992), de Billie Holiday
- The Lily (2013), de Layla Zoe
- The Number Of The Beast (1982), de Iron Maiden
- The Search Goes On (2014), de Kamchatka
- The Way I'm Livin' (2014), de Lee Ann Womack
- Time Warriors (2013), de Horisont
- Triumph and Power (2014), de Grand Magus
- Uno Para Todos (2014), de La Vela Puerca
- Versos y Madera (2014), de Dani Flaco
- Voy Por Ti (1995), de Esturión
- ...the Stories We Could Tell (2014), de Mr.Big
- 24 Karat Gold (2014), de Stevie Nicks
martes, 10 de febrero de 2015
Réquiem por un iPod
Cuando en octubre de 2009 mis cuñados me trajeron un iPod Touch 3 de Nueva York, poco imaginé la tralla que le iba a pegar. Sin lugar a dudas, ha sido el gadget que más he usado en mi vida, ya que desde que me despertaba -con su alarma- hasta que me acostaba -usando una app que
lo convertía en linterna para moverme por la habitación a oscuras-, el
cacharrito de marras funcionaba de forma casi ininterrumpida. Lo he
usado para navegar por Internet, para ver pelis y series en los viajes,
como diccionario, para jugar, tomar notas, contestar correos, escuchar podcasts...
Y para oír música, claro, que era su cometido inicial: con auriculares,
conectándolo a la minicadena, al coche e incluso con el altavoz externo
que lleva integrado, el cual ofrece una calidad paupérrima pero que te
puede sacar de un apuro.
En el post donde anuncié la adquisición del iPod un
visitante anónimo comentó: "Vamos, qu tus amigos te klo compraron
pirata. Yo también me lo pillé . Menuda mierda de cacharro. Ya te darás
cuenta
". Desconozco a qué se refería con "comprarlo pirata", ni cuál fue su
amarga experiencia con el reproductor de Apple, pero he de decir que la
mía no ha podido ser mejor, ya que pocos han sido los problemas que me
ha dado, y muchas las satisfacciones.
Lamentablemente,un desafortunado incidente tuvo lugar hace
unos días. Andaba yo con una tos de perro de no te menees, y apliqué el
conocido remedio casero de dormir con un tupper lleno de agua sobre la mesita de noche, para humidificar el ambiente. Así que una mañana, sonó la alarma del iPod, la paré, lo fui a dejar sobre la mesita, y... ¡Chof! ¡Inmersión del reproductor en el tupper! Así, a la brava, sin manguitos ni unas clases de
natación introductorias. Para mi sorpresa, el bicho sobrevivió, aunque con daños
irreversibles: dejaron de funcionar para siempre la antena wi-fi y el altavoz externo, y la duración de la batería se ha reducido considerablemente.