domingo, 21 de diciembre de 2014

Disimulando

Esta semana, Rafa Pons ha anunciado nuevo trabajo para el próximo 20 de enero, y ha presentado vídeo con uno de sus temas, el cual cuelgo abajo. Una fabulosa noticia para el que suscribe, dado que como ya he confesado en varias ocasiones, Pons es uno de mis cantautores de cabecera. Además, los tres adelantos del álbum que mi tocayo ha publicado en YouTube, permiten augurar que Disimula (2015), que así se llamará la criatura, será como mínimo tan bueno como su predecesor, aquel Persona, Animal o Cosa (2011) que ya desgrané aquí.

 Por alguna razón que se me escapa, en España, para los rockeros de pro queda muy molón decir que eres fan de Dylan, Springsteen, Frank Turner o Ryan Bingham. Y en cambio, el término cantautor está de lo más denostado, y si manifiestas tu debilidad por Sabina o Krahe, a menudo te clasifican como un paria anacrónico que sólo escucha canción protesta. Un oprobio incomprensible, pero es lo que tienen los prejuicios, que son tan difíciles de entender como de derrumbar.  Por suerte, esto cambiará cuando Podemos se alce con el poder, sustituya el actual himno español por L'estaca, y por ley el número uno vitalicio de Los 40 Principales sea el Papa, cuéntame otra vez de Ismael Serrano.

Mientras eso ocurre, sigo esperando con avidez la publicación de Disimula. Eso sí, sin que se note mucho...


domingo, 14 de diciembre de 2014

Begin Again

Siete años después del éxito de Once (2006), y después de un par de filmes no demasiado afortunados, el director irlandés John Carney volvió al género musical en 2013 con la que fue su primera película americana, la cuál me eché ayer entre ceja y ceja.

Begin Again (2013) no es tan buena como Once, pero sin duda es un entretenimiento muy aconsejable para los melómanos. Mark Ruffalo, que cada vez me recuerda más a José Coronado, hace una magnífica interpretación del productor en horas bajas que descubre a un nuevo talento que salvará su carrera. Y el talento en cuestión es Keira Knightley, que está irresistible en su papel de cantante novata poniendo toda su pasión en el que será su primer disco. La tercera protagonista de la historia es la ciudad de Nueva York, cuyos rincones serán el estudio supuestamente idóneo para la grabación del álbum. Y como no, el gran pilar central, alrededor de lo que todo gira, es la banda sonora, una colección amable y efectiva de temas a caballo entre el pop y el folk.


En definitiva, la peli es un cuento optimista y naif, donde todo el mundo es bueno y evoluciona a mejor. Pero, sobre todo, es un magnífico homenaje a la música, junco inquebrantable que sobrevive indemne a la codicia de la industria, la falta de recursos, y a las turbulencias de los tiempos.

lunes, 1 de diciembre de 2014

De zigarros y rock'n'roll

Mermelada, Tequila, Burning, Rebeldes, Loquillo y Trogloditas... Hace unas décadas, en España había gente que hacía rock’n’roll y no perecía en el intento. Y por muy increíble que parezca, dado el actual panorama musical, todavía hay algunos insensatos que se atreven a recoger el testigo de esas bandas míticas, y paren grupos como el que hoy nos ocupa: Los Zigarros.

Descubrí a estos valencianos gracias a David, el antaño coautor de este blog, que me pasó un enlace de YouTube. ¡Y vaya sorpresa! El tema Hablar, hablar, hablar (que cuelgo más abajo) es rock’n’roll de sabor añejo que recuerda a los mentados grupos patrios, sobre todo a Tequila. Luego me hice con su primer y homónimo trabajo de 2013, producido por Carlos Raya, y doy fe que no me han defraudado en absoluto, sino todo lo contrario. Pedazo de disco este Los Zigarros (2013) con trallazos de puro rock’n’roll en todas (o casi todas) sus facetas: clásico, rockabilly, honky tonk, southern… Once temazos a cual mejor, uno de los mejores álbumes de los facturados en la piel de toro que he oído en años.

Los tiempos que corren no permiten ser demasiado optimistas. ¿Qué ocurrió con bandas como Campillo (liderado por el exguitarrista de M Clan) o Inconscientes (del exPlatero y Tú, y ahora miembro de Extremoduro, Iñaki “Uoho” Antón)? Pues que, a pesar de engendrar sendos fantásticos discos de debut, nunca tuvieron un segundo LP que viera la luz. Así que ya veremos si Los Zigarros conseguirán sobrevivir en este desolador paisaje ibérico. De momento, Carlos Raya se los está llevando de teloneros a los conciertos de Fito y Fitipaldis. Esperemos que después de la gira vuelvan al estudio y den continuidad al proyecto. Crucemos los dedos, porque la cosa promete.


lunes, 24 de noviembre de 2014

Cosas que siempre quiso contarnos

Ya he relatado varias veces en este blog lo que el disco de Miguel Ríos Rock'n'Ríos (1982) supuso para mí, a la tierna edad de 10 años, y que me llevó a asistir al que fue el primer concierto de mi vida, El rock de una noche de verano (1983). Luego fui perdiendo interés por los nuevos lanzamientos del granadino, y de hecho nunca llegué a ser un fan suyo. Pese a ello, hace unas semanas me leí Cosas que siempre quise contarte (2013), su autobiografía, a ver qué nos tenía que contar este icono del rock patrio.

Aunque desvela pocas sorpresas, el libro se deja leer. Como ya me esperaba, la parte más interesante es la que abarca desde su infancia hasta el Rock'n'Ríos: sus inicios en el mundillo de la música, sus experiencias con las drogas (aunque desmiente que estuviera enganchado al caballo), y la llegada de los primeros e inesperados éxitos (Himno a la alegría, El río, Santa Lucía...). Y así, hasta el mentado directo, que le hizo vender lo que no está escrito. Luego, en mi opinión, el autor de Bienvenidos se fue volviendo cada vez más melódico, y empezó a hacer giras y álbumes con Ana Belén, Victor Manuel o Serrat, que no son precisamente Ozzy Osbourne. Así que, aunque su disco y tour de despedida, Bye Bye Ríos (2010), llevara el subtítulo Rock hasta el final, la verdad es que hace casi tres décadas que dejó de ser un irreductible del rock hispano.

Pese a ello, y como ya he dicho, Cosas que siempre quise contarte se lee bien, especialmente la primera mitad (y probablemente también la segunda para los  incondicionales). Además, me ha servido para recuperar algunos de los trabajos que precedieron al Rock'n'Ríos: Rocanrol bumerang (1980) y Extraños en el escaparate (1981), que tenía poco escuchados y que me han sorprendido muy gratamente. Y es que contienen algunos temas realmente excelentes, destacando el que es, para mí, uno de los mejores del rock duro español: Banzai.


viernes, 7 de noviembre de 2014

lunes, 27 de octubre de 2014

Wasted'n'Wounded

Los finlandeses Santa Cruz van ofreciendo canciones con cuentagotas. Si hace unos meses lanzaban el temazo We Are The Ones to Fall, hoy presentan el que es su nuevo sencillo. Wasted' n' Wounded es otro cañonazo de hard rock guitarrero, sleaze de alto octanaje que me hace esperar todavía con más ansias su nuevo LP. La canción es muy buena, aunque me gustó más el anterior single, al menos tras un par de primeras escuchas. Pero si todas las composiciones son de la talla de estos dos adelantos, seguro que su nuevo trabajo alcanzará el nivel de su increíble debut Screaming for Adrenaline (2013).

Como ya pasó con We Are The Ones..., la presentación de esta Wasted'n'Wounded ha venido acompañada de un videoclip que está a la altura de las circunstancias. Pasen y vean.




viernes, 24 de octubre de 2014

Mi canción del verano 2014



Casi noviembre, y todavía no me había puesto a escribir el obligado post sobre mi particular canción del verano, la canción que elijo cada año como la banda sonora de mi estío. O, en este caso, la canción que me ha elegido a mí, ya que esta vez el greatest hit que más he escuchado prácticamente ha sido impuesto. Es lo que tiene tener una peque en casa, que no se cansan de ver la misma película una y otra vez, ni de escuchar el mismo tema hasta la saciedad. Hasta la saciedad ajena, claro.

No me quejo, ya que fui yo quien le puse por primera vez la que ha sido hasta la fecha su peli de cabecera: el clásico de Disney El Libro de la Selva (1967). Y por supuesto, su soundtrack, que me parece fantástica, ha sonado una y otra vez en casa y en el coche.

Así que mi canción del verano 2014 sale precisamente de esa peli y de esa BSO: I Wan’na Be Like You, la que canta el rey de los monos a Mowgli para pedirle que le desvele el secreto del fuego. Un tema original de Robert y Richard Sherman, interpretado por Louis Prima, y del que se han hecho incontables versiones, incluyendo una en español a cargo de una banda de los 80 que tomó su nombre precisamente de su simiesco protagonista: King Louie. Pero ninguna como la original, con ese swing, ese bebop, ese scat tan irresistible, y ese fragmento de película que, por más que revise, siempre disfruto como la primera vez. Así que, en casa, ya somos dos los que no nos cansamos de Wan’na Be Like You.

Como dice Baloo al final del accidentado rescate de Mowgli en el que desemboca la canción: "That’s what I call a swinging party!"



Mis anteriores canciones del verano:

sábado, 4 de octubre de 2014

No estaban muertos, estaban de parranda



 Sala Zero (Tarragona), 3 de octubre de 2014. En una ciudad pequeña como la mía escasean las ocasiones de echarse un buen concierto a la oreja, más aún desde que hace unos meses La Vaquería, una de las salas más activas en lo que a actuaciones en directo se refería, cerró sus puertas. Así que aunque hacía 10 meses que Los Toreros Muertos habían recalado en Tarragona, decidimos repetir en esta su segunda visita en menos de un año a la Sala Zero. Algunas conclusiones se pueden sacar de la noche de ayer:

Que el repertorio fue calcado al de la ocasión anterior, exceptuando que esta vez no repitieron Mi agüita amarilla en los bises.

 Que la banda sigue en plena forma, y que Pablo Carbonell sigue estando tan irresistiblemente chalado como siempre.

Que la sala volvió a presentar un llenazo total, y se colgó el cartel de Entradas agotadas.

Que, exceptuando a las camareras, entre los asistentes probablemente no había ni uno por debajo de los 40 años de edad. Y pocos por debajo de los 45.

Que, a pesar de nuestra edad provecta, los presentes disfrutamos como locos coreando himnos como Yo no me llamo Javier, Falangista, Twist’as loca, (Ya están aquí) Los Toreros Muertos o la mentada Mi agüita amarilla.

Que ahora necesito para emborracharme el mismo número de cervezas que de cubatas hace 20 años.

Así que, si en diez meses (o en seis, o en tres) Carbonell y su tropa deciden volver a la Sala Zero a ofrecernos sus canciones y desvaríos, lo más probable es que vuelvan a reventar la taquilla, gracias al numeroso grupo de tarraconenses con ganas de música en vivo y ansias de cachondeo. Al menos, un servidor seguro que repite. O “tripite”, vaya…

martes, 23 de septiembre de 2014

La mejor portada de la Historia

La mejor portada de todos los tiempos, para mí, es ésta. Una lástima que, cuando el disco empezó a convertirse en el bombazo que luego fue, la sustituyeran por aquella sosada de la cruz y las calaveras. Por otro lado, es lógico que los estadounidenses, adalides de los políticamente correcto, se ensañaran con el dibujo de Robert Williams y la censuraran. Y aunque el CD lo tuve que comprar con la nueva portada, cuando pasé el Appetite for Destruction (1987) a iTunes le puse la del robot violador. No puedo imaginarme esta obra maestra con cualquier otra.

viernes, 12 de septiembre de 2014

10 películas, 10 libros

Hace unos días mi amiga Pili me envío un reto por Facebook, en el que tenía que elegir mis 10 películas favoritas de todos los tiempos, y mis 10 libros favoritos. Difícil elección, en ambos casos, ya que la memoria es traicionera y no sé si los que he seleccionado son los que realmente me han gustado más. Pero si que es verdad que, en el caso de las películas, las he visto todas varias veces, y nunca me canso de verlas. Y en el caso de los libros, todos me causaron una fuerte impresión, y la mayoría de ellos los he leído más de una vez. Hete aquí, pues, mi elección:


Películas
  • Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942)
  • Casablanca (Michael Curtiz, 1942)
  • El tercer hombre (Carol Reed, 1949)
  • El libro de la selva (Wolfgang Reitherman, 1967)
  • En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981)
  • Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)
  • American Beauty (Sam Mendes, 1999)
  • O Brother, Where Art Thou? (Joel y Ethan Coen, 2000)
  • Amélie (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
  • Hable con Ella (Pedro Almodóvar, 2002) 

Libros
  • Ana Karenina (Lev Tolstoi, 1877)
  • El hobbit (J. R. R. Tolkien, 1937)
  • El principito (Antoine de Saint-Exupéry, 1943)
  • La espuma de los días (Boris Vian, 1947)
  • El tercer hombre (Graham Greene, 1950)
  • El camino (Miguel Delibes, 1950)
  • La insoportable levedad del ser (Milan Kundera, 1984)
  • El amor en los tiempos del cólera (Gabriel García Márquez, 1985)
  • El amante bilingüe (Juan Marsé, 1990)
  • Hacia rutas salvajes (Jon Krakauer, 1996)


jueves, 4 de septiembre de 2014

Parecidos razonables III


A propósito de Inside Llewyn Davis, que comenté hace unos días, una cosa que me sorprendió es el increíble parecido entre el actor protagonista, Oscar Isaac, y el cómico catalán David Verdaguer, el que era el entrevistador de la sección Bigoti TV en el exitoso programa de TV3 APM?. ¡Es que son clavados! Tanto, que mientras veía el filme, cada vez que aparecía Llewyn Davis en pantalla (o sea, siempre), no podía dejar de ver en él a Verdaguer, y me esperaba alguna de las muecas que le caracterizan. De hecho, creo que esa es una de las razones por las cuales no me metí demasiado en la película de los Coen.



Primera foto: Oscar Isaac / Llewyn Davis
Segunda foto: David Verdaguer

Otros parecidos razonables:
- Oli Brown y Jonny Lang
- Seesaw y Live at the Regal

viernes, 29 de agosto de 2014

Inside Llewyn Davis


Mi idilio con el cine de los hermanos Coen empezó con sus primeras películas: su impactante debut Sangre Fácil (1984); la obra maestra Muerte entre los Flores (1990); las divertidas Arizona Baby (1987) y El Gran Salto (1994); la oscarizada Fargo (1996); la psicotrópica El gran Lebowski  (1998), que no está entre mis preferidas pero tiene momentos inolvidables; la genial O Brother Where Art Thou (2000)… Pero las cosas se empezaron a torcer con El hombre que nunca estuvo allí (2001), desprovista de cualquier tipo de atractivo.  Y a partir de ahí, luces y sombras: algunas muy flojas (Crueldad intolerable , 2003) y otras correctas (No es país para viejos, 2007). Pero las últimas que había visto de ellos, Quemar después de leer (2008) y Valor de ley (2010) me parecieron realmente insoportables.

De todos modos, reconozco que tenía ciertas esperanzas de reconciliación con su último filme, Inside Llewyn Davis (2013), la historia de un cantante de folk a principios de los 60. Había recibido buenas críticas, me la habían recomendado, y la temática me atraía. Pero tampoco.  Ayer la vi, y me pareció deprimente y aburrida. El actor principal no lo hace mal, pero enseguida me cansé de su cara de agobio, que no cambia en la hora y media que dura el filme. Carey Mulligan está sublime, como siempre, pero John Goodman vuelve a hacer el mismo papel que ya ha hecho mil veces, y el resto de actores de reparto, correctos pero poco destacables. Hay  que reconocer que algunos de los diálogos son bastante buenos, pero la ambientación es tan sombría y el argumento tan desangelado, que se diluyen y pierden cualquier tipo de fuerza que hubieran tenido en una película más acertada. Y la BSO, si eres un gran amante del folk, supongo que te atraerá, pero a mí me dejó bastante indiferente.

 Así que no será con esta Inside Llewyn Davis que Ethan y Joel recuperarán mi devoción. Eso a ellos les importa un carajo, claro, pero yo no puedo dejar de añorar el cine de sus inicios, ni de mostrar mi decepción por lo grandes que fueron y nunca más han sido.

lunes, 18 de agosto de 2014

De Genesis a Las Alpujarras

Estas vacaciones he leído El loro en el limonero, el segundo libro de Chris Stewart. Sólo los fans más fans de Genesis sabrán que Chris Stewart fue el primer batería del grupo, y uno de sus miembros fundadores. Aunque duró bien poco en la banda: como él mismo explica en uno de los capítulos, “necesitaban un batería con más sustancia, por lo que me pusieron de patitas en la calle. Fue una buena decisión por su parte.”
 
Pero tanto en este libro como en su predecesor (Entre limones, que leí hace unos años) Stewart habla bien poco de ese periodo como miembro de la banda inglesa, y se centra en relatar sus experiencias en un cortijo de Las Alpujarras, donde vive con su familia y una buena retahíla de animales: ovejas, perros, gatos, y el loro que da título a esta entrega de sus peripecias.
 
He de decir que El loro en el limonero es altamente recomendable: una lectura entretenida, divertida, y tan entusiasta que casi te entran ganas de retirarte a vivir a una granja en Las Alpujarras o a cualquier otro lugar del medio rural. Intentaremos no caer en la tentación: no me imagino de esquilador de ovejas en una masía donde Cristo perdió la alpargata.

lunes, 11 de agosto de 2014

De vuelta del País Vasco

Como miles de españoles arrastrados por la película Ocho apellidos vascos (aunque en nuestra defensa cabe decir que decidimos el destino antes de haberla visto), este verano hemos ido de vacaciones al País Vasco. Nunca lo había visitado, y las expectativas eran altas, ya que todo el mundo habla maravillas. Pero he de reconocer que se han cumplido con creces.

El campo base ha sido un pueblo llamado Soraluze, también conocido con el más belicoso nombre de Placencia de las Armas, por las fábricas que albergó cuando la industria armamentística era la principal actividad económica del lugar. Hoy en día las mentadas fábricas están en desuso y en su mayor parte abandonadas, pero el pueblo goza de su propio encanto, además de estar muy bien comunicado, a menos de ¾ de hora de cualquiera de las capitales de provincia, lo cual nos ha dado mucho juego.

Así que han sido unos días de mucha visita cultural, por los pueblos y ciudades de la zona (Bergara, Elorrio, Oñate, Durango, Vitoria, Bilbao…), todos ellos realmente interesantes. Y también de alguna buena experiencia gastronómica, aunque menos de las esperadas: en agosto, la mayoría de establecimientos de los pueblos, restaurantes incluidos, cierran por vacaciones, y en más de una ocasión nos hemos quedado a las puertas de alguna sidrería o asador recomendados, leyendo con cara de bobos el cartel de “cerrado hasta el 1 de septiembre” (aunque también puede ser que pusiera “volvemos en 1 hora”, ya que nuestro conocimiento del vasco es parejo al del klingon).

Pero bueno, pese a ello, estupenda experiencia por tierras norteñas, y con ganas de volver para descubrir lo que ha quedado en el tintero tras los 10 días de viaje.

Y ahora, un chiste de Ocho apellidos vascos, cuando el sevillano protagonista está en la herriko taberna:

Camarero: ¿Oye, te pongo una de Kortatu?
Rafa: No, con unas aceitunas ya va bien…

viernes, 25 de julio de 2014

Discos que no te salvarán la vida VI

Sexta entrega de Discos que no te salvarán la vida, pero que te pueden alegrar el día. Hoy, blues en mayúsculas (o sea, BLUES).

BluesAmericana (2014), de Keb’ Mo’. Después de la  incursión en el soul-pop de su anterior álbum, el señor Kevin Moore vuelve a lo que mejor sabe hacer: el blues. No es ese blues robertjohnsoniano” de sus ya lejanos dos primeros trabajos, sino un blues más amable, más mainstream, más propio, el que le caracteriza desde que optara por este estilo en su tercer trabajo, Slow Down (1998). Se echa de menos algo más de riesgo, un poco más de crudeza, pero sin duda BluesAmericana es disfrutable al 100%, y contiene impagables referencias a la música de raíces, desde el stomp de New Orleans al blues de Chicago.


Goin’ Home (2014), de The Kenny Wayne Shepherd Band. Otro que vuelve a las raíces es uno de los grandes guitarras del blues eléctrico actual. ¡Y de qué manera! Un pedazo de álbum, donde Kenny Wayne versiona a muchos de sus ídolos: Stevie Ray Vaughan, Freddie King, B.B. King, Bo Diddley, Muddy Waters… El de Louisiana disfruta homenajeando a los grandes, y eso se nota, porque toca como nunca. La banda, formada por virtuosos del género, no le va a zaga, y además el disco goza de colaboraciones de gente como el antes mentado Keb’ Mo’, Ringo Starr y Warren Haynes, entre otros. Así pues, una maravilla de trabajo, que se me antoja de lo mejorcito dentro del panorama bluesero en lo que llevamos de año.


Live in Amsterdam (2014), de Beth Hart & Joe Bonamassa. Estas dos bestias del blues y el soul escogieron la ciudad fetiche de miss Hart para grabar la defensa en directo de sus dos discos de versiones. Así que este Live in Amsterdam está compuesto por prácticamente todos los temas que forman el repertorio de la pareja. Y si en estudio las canciones ya sonaban poderosas, en vivo son una bomba. Joe Bonamassa toca como el mismísimo diablo (lo digo como piropo), y Beth Hart se desgañita para estar a la altura (y también lo digo como piropo). En resumen, el que disfrutó con las dos primeras entregas de este tándem prodigioso, hará lo propio con esta entrega a pecho descubierto.

Otros discos que te pueden alegrar el día...

I) Gun, Matchbox Twenty y The Dirty Pearls.
II) Rick Springfield, Hinder y Carminho.
III) Gene the Werewolf, Francis Cabrel y The Mavericks.
IV) Europe, Crashdïet, Santa Cruz y Reckless Love.
V) Billie Joe Armstrong + Norah Jones, Extremoduro y Rain.






viernes, 18 de julio de 2014

Paquito D'Rivera en Tortosa




Teatre Auditori Felip Pedrell (Tortosa, Tarragona), 3 de julio de 2014. No todos los días un grande del jazz latino toca por nuestros lares, así que estaba claro que había que aprovechar la visita de Paquito D’Rivera, con motivo de la XXI Mostra de Jazz de Tortosa. Y eso que el título del espectáculo no me despertaba una especial emoción: Jazz Meets The Classics, consistente en versiones de Mozart, de Chopin y de Bach, entre otros. Aunque en general me gustan los discos del cubano, reconozco que hay alguno de lo más aburrido (The Clarinetist, Vol. 1 (2001) es capaz de dormir a las ovejas). Pero quien no se arriesga no triunfa, así que nos hicimos con una entrada, y ahí estuvimos, a ver qué daba de sí la velada.

Por suerte, acertamos. Quién nos iba a decir que la música clásica podía sonar tan explosiva arreglada en clave de jazz, blues o dixieland. Además, entre los Classics también se contaban monstruos como Dizzy Gillespie o Tito Puente, así que también hubo espacio para el bebop y el mambo. Todo, por supuesto, con el inconfundible sabor cubano del latin jazz. La banda, fantástica, y Paquito, el maestro de ceremonias perfecto, ya que además de tocar el saxofón y el clarinete como pocos –a menudo ambos instrumentos durante la misma canción-, el sexagenario músico goza de un sentido del humor que enseguida conquistó al respetable.

Una gran noche, pues, aunque la duración del evento fue algo escasa, y se hubiera agradecido que superaran la hora y media de rigor. Y puestos a pedir, un concierto como éste sería mucho más disfrutable en un lugar más apropiado que en la butaca de un auditorio. En un garito de La Habana, por ejemplo, con un mojito en la mano, la humedad del Caribe condensándose en el aire, y la música de Paquito y su cuadrilla incendiando el local. Por soñar que no quede…