Muchas son las anécdotas de aquel viaje, empezando por el temor al llegar de si 3 meses solo se me harían largos y querría volverme antes, o la pena justo antes de regresar a casa de no poder extender la excedencia 3 meses más. Pero éste es un blog de música, y mis experiencias musicales en el país austral fueron escasas: la sorpresa de la primera canción que escuché al llegar (¡el Aserejé!), un concierto de southern en medio del outback, el perderme un bolo gratuito de Bon Jovi del cual pasé a pocas calles y del que me enteré una hora después de que terminara, y poco más. Así que me limitaré a relatar una anécdota que, believe it or not, es totalmente cierta:
Estábamos
en el pueblo costero de Byron Bay, tras terminar un curso de
surf de una semana. Nos preparábamos para ir a cenar cuando alguien nos avisó que
Sean, uno de los profesores del curso, de casi 2 metros de alto y con una espalda como un armario ropero, iba a mostrar cómo se tomaba el
tequila al estilo australiano, asegurándonos que nunca habíamos visto
nada igual. Bajamos a la zona común del albergue, donde encontramos a
Sean con un chupito de tequila en una mano, una raya de sal en la otra, y medio
limón sobre la mesa.
Pues vaya con el australian way -pensé-, es el mismo que el del resto del mundo.
Cuando
ya eramos unos cuantos los congregados, el surfista hizo su
demostración: con tres movimientos rápidos, se bebió el tequila de un
trago, esnifó la raya de sal del dorso de la mano, y se exprimió el
limón sobre sus ojos. Todos estallamos en un grito unánime, mientras
Sean se retorcía de dolor, tosiendo y llorando a moco tendido.
Qué grande Sean!!!
ResponderEliminarPor cierto, con la Mirella corramos un tupido velo, no??? jeje
Mucha nena en ese cursillo de surf! Te lo debiste pasar en grande, tío.
ResponderEliminarUn colega mió residió recientemente 6 meses en Byron Bay y tb se lo pasó en grande.
Günner, no hace falta correr tupido velo, Mirella ya tenía pareja... lamentablemente :)
ResponderEliminarSammy, efectivamente: mucha nena, mucha cerveza y mucho sol... ¿Qué más se le puede pedir a la vida? Cómo envidio a tu primo...
¡Un abrazo a ambos!