Pero curiosamente, sin esa rabia que impregnaba sus anteriores trabajos, Beth Hart ha facturado un álbum maravilloso, lleno de grandes momentos. Todos los temas son canciones redondas que empiezan de manera sencilla pero que van creciendo poco a poco hasta convertirse en verdaderas perlas. Baladas como Take It Easy on Me o Love Is The Hardest ponen la piel de gallina escuchados a todo volumen; los medios tiempos de Bad Love Is Good Enough y demás invitan inefablemente al tarareo; y la canción más acelerada, Everybody Is Sober, tampoco desentona en un disco tan bien parido. También cabe destacar el temazo Sister Heroine, con la guitarra de Slash, a cambio de la colaboración que hizo Hart en Mother Maria, incluído en la edición UK del último disco del ex-GN'R. Todo queda en familia.
En definitiva, un discazo poco representativo en la carrera de esta diva del rock. O mucho, según se mire, ya que pese a ser más calmado que sus predecesores, en él Beth Hart suena más a Beth Hart que nunca.
PD: No he encontrado ningún vídeo de algún tema del disco, así que cuelgo una interpretación en directo del que fue el primer éxito de la californiana, L.A. Song.