Acabo de terminar Alta fidelidad (1995), de Nick Hornby. Me encantó cuando lo leí por primera vez, hace unos 12 años, y tenía curiosidad por saber si el recuerdo tan bueno que tenía de él era merecido. Además, mis últimas lecturas no habían sido del todo satisfactorias (eufemismo), y tenía ganas de empezar el verano asegurando el tiro, con algo ligero que me dejara buen sabor de boca.
Imagínate: ahí de pie con Barry y con Dick, éste con su camiseta de los Lemonheads, escuchamos una versión de Peter Frampton y se me escapan las lágrimas. ¡Peter Frampton, joder! "Show Me the Way!" ¡Qué horterada! ¡Y aquella especie de bolsa en la que soplaba, de modo que la guitarra le sonaba como la voz del Pato Donald! (...) Ya comprendo que estaba necesitadísimo de algún síntoma que me indicase el tremendo trauma sufrido por los últimos acontecimientos, coño, pero no había por qué llegar a estos extremos, digo yo. ¿No podía haberse conformado Dios con algo igual de horroroso, pero al menos tolerable, como un viejo éxito de Diana Ross o incluso un tema de Elton John?
He vuelto a pasarlo en grande con las desventuras y divagaciones de Rob Fleming, el protagonista, y con las listas de la troupe de la tienda de discos Championship Vynyl.
Odiamos a los Simple Minds. Estuvieron en el número uno de nuestros "primeros cinco grupos o artistas que habrá que matar a tiros cuando llegue la revolución musical". (Michael Bolton, U2, Bryan Adams y, sorpresa, sorpresa, Genesis, que se colaron por los pelos en quinto lugar. Barry también quiso matar a tiros a los Beatles, pero le señalé de pasada que eso ya lo había hecho otro.)
Además, gracias a Spotify, YouTube, GoEar y otras webs que ni se intuían cuando leí por primera vez el libro, he podido saber como suena la música a la que se hace referencia a lo largo y ancho de la novela, como los mejores discos de la historia del pop para Fleming (tras muchos cambios y llamadas a la entrevistadora que le propone confeccionar el rànquing):
-Muy bien, ahí va. Mis cinco discos preferidos, de una vez por todas. El número uno, "Let's Get It On", de Marvin Gaye. El dos, "This Is The House That Jack Built", de Aretha Franklin. El tres, "Back in the USA", de Chuck Berry. El cuatro, "White Man In The Hammersmith Palais", de los Clash. El cinco, aunque no menos importante que los anteriores, je, je, "So Tired of Being Alone", de Al Green.
En fin, una gozada de lectura, que soporta divinamente el paso de los años, y que es ya un clásico del siglo XX, sobre todo para los melómanos.
Tb lo releeí y cuando lo hice no había perdido nada de su encanto. Y la peli la tengo original y todo y no pasa muco tiempo sin volver a verla. Conecto mucho con Hornby.
ResponderEliminarSex, love and rock´n roll
Ah my friend, leete Juliet, desnuda y seguuirás disfrutando de Horsby en estado puro.Un abrazo
ResponderEliminarJim, tengo pendiente volver a ver la peli, ahora que tengo el libro reciente (de hecho, la tengo en la carpeta Pelis del ordenador, lista para su re-visión).
ResponderEliminar2heads, gracias por la recomendaçao, pero ya leí Juliet, Naked hace unos meses, y me gustó (la crónica, aquí).
Este verano igual me llevo de viaje alguno más de Hornby que no he leído: Todo por una chica y/o Fiebre en las gradas.